lunes, 10 de septiembre de 2012

Algo nuevo.

Se encontraba frente el espejo, mirando fijamente sus ojos en su reflejo, cuando de repente una lágrima salió tímidamente de uno de ellos, bajó por su mejilla acariciando lentamente todo su rostro hasta que calló sobre su pecho. A esta la siguieron más y más pequeñas gotas repletas de emociones.
 Eran las doce de la noche, el final de un día muy duro emocionalmente, como todos los anteriores.
Se secó las lágrimas con las manos, se recogió su larga melena y se puso el pijama. Se tumbó en la cama mirando hacia el techo y de nuevo se aventuraron a salir aquellas gotitas que terminaban cayendo sobre las sábanas dejando redondeles de humedad allí dónde caían. Recordó una frase que había leído días antes en una página web que decía "Si intentas escribir, y sólo salen lágrimas en vez de letras, es que es el momento de ponerse a escribir."
Cogió su portátil de la mesa, se lo colocó en el regazo y lo encendió.

Yacía tumbada en su cama, con alguna que otra lágrima todavía en sus mejillas y un sabor salado en su boca que habría dejado alguna lágrima que se habría posado en sus labios.
Intimidada por la blancura de aquel procesador de texto que tenía abierto, empezó a teclear mientras las lágrimas, que cada vez eran menos, se estrellaban contra las teclas. Parecía que ellas también querían dejar su huella en aquel texto, aquel que sería el reflejo físico del tornado que se encontraba en su interior.
Recorría con su mirada cada letra y cada palabra que escribía le parecía un poco más auténtica que la anterior.

Se quedó en blanco, y releyó lo escrito. Se dio cuenta de que lo que estaba escribiendo en ese momento era nuevo, que nunca había escrito nada semejante. De hecho, nunca había escrito mientras sus lágrimas se suicidaban cayendo sobre el teclado.

Se fijó en cada detalle del texto, ese texto estaba lleno de sentimientos y emociones pero también estaba repleto de fallos, tanto en la ejecución como en la forma de escribir. Al igual que su vida, ese texto tenía demasiados fallos. Decidió presionar un solo botón y borrarlo todo. Pero se detuvo a tiempo. Este texto con o sin fallos, refleja un sentimiento, me ha reflejado a mí durante unos instantes de mi vida, pensó.

martes, 4 de septiembre de 2012

Fuera de aquel cuento de hadas.

 Las agujas del reloj comenzaron a dar vueltas, los días y horas me encerraron tras miles de puertas. Una voz empezó a narrar un cuento de hadas, los protagonistas eramos tu y yo, nosotros, no nos hacía falta nada. El miedo me puso una venda en los ojos impidiéndome ver con claridad, lo vi todo oscuro, nada comparable con la realidad. Decidí escapar de aquel 'erase una vez', echar a correr y dejé mi zapato como testigo de lo que pudo ser y no fue. He huido de las emociones que tú anhelas. He temido no saber nada de lo que nos espera. Y ahora que lo veo todo desde la distancia, ando buscando esa portada, esas páginas, aquel maravilloso cuento de hadas, ese que debió ser mi estancia. Quizás tu estés perdido entre sus amarillentas hojas, buscándome desesperado entre sus puntos y comas. O, quizás, ahora mismo estés riendo entre pájaros y flores. Amando, llorando, sintiendo miles de emociones. Acompañado de una bella princesa de gran corazón, rescatada en un castillo de las garras de un temible dragón. Sea lo que sea que esté pasando ahí dentro yo ya sé que ese 'fueron felices y comieron perdices' no se referirá al final de nuestro cuento.

domingo, 26 de agosto de 2012

Todo cambia.

La vida cambia, da vueltas y más vueltas. Un día te levantas tocando la nubes, y al día siguiente te encuentras tirada en el suelo con mil y una heridas. Pero aunque creas que esas heridas no tienen cura, que todo está acabado, algún día terminarán cerrándose. Aunque creas que tienes miles de preguntas sin respuestas y millones de respuestas sin preguntas, el tiempo te dará las preguntas y las respuestas necesarias. Quizás no todas, pero sí las necesarias. Y, de nuevo, te despertarás tocando las nubes y con ganas de comerte el mundo.